viernes, 4 de febrero de 2011

RESOLUCIONES PARA CUANDO SEA VIEJO

  • No casarme con una mujer joven.
  • No fomentar el trato con los jóvenes, a menos que ellos lo deseenNo ser impertinente, terco o suspicaz.
  • No criticar las costumbres de la época, las innovaciones, modas, a los hombre o a las guerras, etc.
  • No gustar de los niños, ni dejarles acercarse a mí.
  • No repetir la misma anécdota o chiste una y otra vez a las mismas personas.
  • No ser mezquino.
  • No descuidar la decencia y ser pulcro para no caer en bajezas y suciedad.
  • No ser demasiado severo para con los jóvenes, sino más bien facilitarles lo necesario para sus locuras juveniles y sus debilidades.
  • No dejarme influir, o prestar oído a los chismes maliciosos, de sirvientes u otras personas.
  • No prodigar consejos, ni molestar con ellos a nadie, a menos de ser solicitado para ellos.
  • Desear que algún buen amigo me advierta cuando deje de practicar alguna de estas resoluciones, y corregirme como es debido.
  • No hablar demasiado, y menos de mí mismo.
  • No pavonearme de mi pasada hermosura y hombría, o de haber gozado el favor de las damas, etc.
  • No prestar atención a las lisonjas, o concebir que una mujer joven pueda amarme. Et eos qui hereditatem captant odisse ac vitare (Evitar y detestar a las que están a caza de herencias).
  • No hacer afirmaciones o ser dogmático.
  • No empeñarme en la observancia de alguno de todos estos preceptos, no sea que al fin llegue a cumplir alguno de ellos.

Tomado del prólogo a los Viajes de Gulliver, Jonathan Swift (1729).

jueves, 3 de febrero de 2011

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