martes, 26 de marzo de 2013

La vida sin



Se dice que si no existieran las letras ni los signos, los libros se guardarían en los ojos de los viejos  y todos habríamos aprendido a leer la mirada.





domingo, 24 de marzo de 2013

Yo soy









Yo soy de las ratas que se aferran al barco porque prefieren hundirse con el queso
que renunciar a él.




sábado, 23 de marzo de 2013

El padre






Plantada al suelo su noble firmeza 
te hacía sentir vértigo desnudo,
el más fuerte brazo que me sostuvo
no pronunció ni una sola promesa.



Pequeñas bayas que rodaban dulces
mientras pues prodigaba generoso 
fecundando la tierra a su alrededor,
guarneciendo con sus ramas los hijos.



Por eso yo entiendo más del silencio,
prefiero el vaivén bajo de tu sombra
no idioma que ensordece al universo.



En eterno reposo tus raíces
aguardarán mi juego silencioso,
antes y después de mí único existes.





jueves, 21 de marzo de 2013

El mundo sin






Cuenta la leyenda que si no se hubieran inventado la radio ni el teléfono
los humanos ya habríamos aprendido a comunicarnos con el pensamiento.





viernes, 15 de marzo de 2013

LOS DONES II




No siempre las cosas fueron como ahora, hubo un tiempo en el que comía nieve de limón camino al mar. En uno de esos trayectos que hacía del pueblo a la playa me alcanzó una camioneta antigua impecable, se detuvo junto a mí y su conductor me invitó sonriente a subir, ni siquiera tomé en cuenta desconfiar. En ese lugar todos se conocen y se saludan, es considerado descortés no ofrecer llevar a algún caminante encontrado bajo el sol. La fuereña era yo y cuando subí de inmediato se presentó conmigo Don Carlos para poder preguntar mi procedencia. Respondí lo más elemental. Fue una conversación muy breve pero en cuestión de kilómetro y medio, el señor que llevaba en la piel y en el brillo de los ojos esmeralda las señales de su origen compartió conmigo el momento especial de su día. Señaló un aparato de radio de onda corta instalado en el tablero de su preciosa camioneta, se dirigía al límite de la playa para hablar con otros seres de ultramar, personas que estaban más cerca del lugar de donde habían venido tal vez sus padres o sus abuelos. Don Carlos era un descendiente de los inmigrantes franceses que llegaron a Jicaltepec, como había conservado su lengua materna, además del acento costeño todas las tardes salía al malecón para sintonizar a otros aficionados a la radio para conversar de la vida, el universo y lo demás. Antes que siquiera fuera posible programar las salas de chat en internet, Don Carlos ya tenía una red social más allá del Atlántico.

miércoles, 13 de marzo de 2013






No estoy llorando,
es que se me metió
una frase del principito
en el ojo.





sábado, 9 de marzo de 2013

Sin título


"Me gusta cuando la luz del sol
es la más fuerte que has conocido,
el paraíso no puede estar perdido
para siempre."

viernes, 8 de marzo de 2013

Estamos a mano, o te salgo debiendo.




Robo tiempo en un trabajo para hacer cosas de otro trabajo, he sobregirado tarjetas y las he dejado sin pagar hasta que la deuda expira. Siempre devuelvo las billeteras que encuentro pero es más por desinterés que porque realmente sea una muy buena persona. Pido prestado a mis amigos y no les pago intereses. Hay tantas cosas que me dan envidia de los demás que me da flojera hacer una lista. Le digo mentiras a mi loquera todo el tiempo. Le he puesto el cuerno a todos los novios que he tenido. A veces me dan ganas de que algunas personas sufran mucho. Subestimo el intelecto de mis alumnos y no creo en ellos, pienso que tienen criterio de mosquito y que no importa lo que diga o haga eso no va a cambiar. Prefiero comprarme cosas que donar un peso al teletón. He atendido pacientes que me caen mal. Acepté ayuda de un asqueroso político relacionado con FHB para conservar un empleo. Cuando no me gusta un trabajo y no me importa que me despidan empiezo a llegar tarde y a no hacer nada. Una vez dije que era menor de edad para no pagar la entrada en un museo y me creyeron. Me gasto el dinero en vanalidades en lugar de mandarlo a quien lo necesita más. Prefiero tomar un taxi que el metro para ir a trabajar. He robado libros en ferias porque me parecen muy caros y también me he quedado con libros prestados de la biblioteca y de amigos, también un libro que encontré aunque sabía de quién era no lo devolví. Me quedé con la máquina de escribir de mi tía porque es igual a una que compró mi papá pero se perdió. No me gusta trabajar, limpiar, lavar la ropa, levantarme temprano ni saludar a mis compañeros de trabajo o de la escuela. En este momento estoy colgada de la red de algún vecino sin su permiso.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Mayolo




No se si tenía familia, trabajaba como peón de mi abuelo, lo más sobresaliente de él es que todas las tardes al terminar su jornada bebía aguardiente como si saliera de un manantial y comía por lo consiguiente, a mi abuelo le caía muy bien por eso. Dormía en la troje junto al maíz. Es la persona con la piel más morena que he visto, su cara relumbraba en las noches porque reflejaba la luz como charol. Yo era muy pequeña y me daba un poco de miedo al principio, nunca pude entender su mirada, no sabía si era noble como la de un animal o sombría. No duró mucho. Una noche de borrachera lo atropellaron en la carretera que te saca del pueblo.

Cuando vas en esos caminos a veces se atraviesa algo blanco medio brillante que corre muy rápido pero no se logra distinguir. Todos dicen en voz alta para tranquilizarse que de seguro es un conejo al mismo tiempo que piensan en un Nahual. Años después atando cabos me di cuenta de que Mayolo esa noche estaba tan borracho que seguramente no hubiera podido correr tan rápido.

martes, 5 de marzo de 2013

Sueños solos





Pesadillas, sueños que atemorizan,
el miedo hace los deseos más grandes

monstruos que te persiguen y amenazan.

Cuando el infierno lo llevas por dentro,
no hay dónde esconderse ni forma de huir.



No creer en Dios nos deja tan solos, 

los ruegos rebotan en el espejo.


No vale arrodillarse e implorar,
sabes que no hay nadie que escuche en lo alto.



Ya perdí lo más que pude tener.

¿Qué más podrías arrancarme ahora?
Perder ocasión de recuperarlo
causaría suficiente dolor
para no poder seguir respirando.

lunes, 4 de marzo de 2013

LA MEMORIA DE LOS PÁJAROS


Los pájaros no tienen memoria, tan pronto pasa algo ya lo olvidaron. No tener memoria los vuelve muy impresionables, todo es nuevo y sorprendente. Cada vez es la primera vez, así haya sucedido igual todos los días de sus plumíferas vidas. Esa es la razón de que invariablemente canten al amanecer y cuando anochece. Debe ser extenuante, la estabilidad dura al rededor de doce horas, dependiendo de la época del año y qué tan alejados del Ecuador vivan.

Se esconde el sol, se destruye el mundo. Todos en la agitación se buscan para reconfortarse, si van a morir al menos que sea juntos, terminan por resignarse y aceptarlo sabiamente, cambian el tono de sus cantos, cierran los ojos y respiran más profundo. Luego la luz, los colores, el calor, el mundo se crea en segundos, los pájaros que se alborotan no cantan, lloran a gritos como los bebés recién paridos. Tardan un rato en acostumbrarse a ver.

Dicen que quienes no recuerdan están condenados a repetir ¿Cuántas veces estarías dispuesto a visitar el fin del mundo?

sábado, 2 de marzo de 2013

LOS DONES I


A Don Tony lo conocí una vez que regresé tarde a la casa. Alcancé el último metro y no había ninguna mujer además de mi en varios vagones. Al bajar unos policías me abordaron, querían que hablara con un anciano ciego que se negaba a dejar la estación porque no les creyó que ya eran las doce de la noche y no saldría ningún otro metro hacia el norte. Por alguna razón la voz de una mujer le resultaba tranquilizadora y absolutamente confiable. No sé cómo se le ocurrió a los policías pero se vieron muy aliviados cuando empecé a hablarle al viejito flaco que caminaba apoyado de un palo con los ojos de color azul nublado. Todavía no llegábamos a los torniquetes cuando ya me estaba preguntando mi edad, si estaba casada y cuál era mi empleo, o sea, me estaba coqueteando. Unos cuantos pasos más adelante el pantalón se le empezó a caer porque se deshizo el nudo del mecate con el que se sostenían rasguñando sus caderas escuálidas. Se suponía que una patrulla lo esperaba para llevarlo a algún albergue donde pudiera pasar la noche. No lo he vuelto a ver trabajando.